El precio que pagamos por la moda nueva puede ser bastante alto, y casi siempre es la Tierra la que paga el precio más alto. Telas comunes hechas de productos derivados del petróleo, como las conocemos en la ropa que usamos y los productos que consumimos. Los materiales se obtienen de fuentes no renovables, lo que significa que no pueden reponerse. Esto es terrible para nuestro planeta; conduce a la contaminación y diversos desafíos ecológicos. ¡Pero las cosas están cambiando y mejorando! Hoy en día hay opciones mucho mejores que son más amigables con la Tierra.
Las telas sostenibles se producen utilizando materias primas derivadas de recursos renovables. Esto significa que estos recursos se renuevan naturalmente con el tiempo. Con mayor conciencia sobre la protección de nuestro planeta, el uso de telas ecológicas ha crecido enormemente. En este día y edad, la gama de telas sostenibles es más amplia que nunca, permitiendo que más personas puedan hacer elecciones más sostenibles.
Los tejidos sostenibles se fabrican con materiales que son amigables con el planeta. Algunos ejemplos de estos materiales serían lana orgánica, bambú, lino y cáñamo. Todos estos tejidos se cultivan sin productos químicos tóxicos o fertilizantes sintéticos. Por ejemplo, la lana orgánica proviene de ovejas criadas humanamente que no reciben ningún alimento que contenga pesticidas. Esto asegura que la lana se recolecte de manera humanitaria para los animales y segura para la Tierra.
Otra buena opción es el bambú. El maíz es de base comunitaria, potencialmente, y no conoce productos químicos nocivos. Esto lo convierte en una opción sostenible. El lino es el tejido de la planta de linaza y también es amigable con el medio ambiente, ya que puede descomponerse en la naturaleza, por lo que no dañará el planeta cuando haya cumplido su propósito. Finalmente, el cáñamo es un material resistente pero fuerte que crece sin Coca-Cola u otros herbicidas peligrosos que dañan la tierra.
La industria textil está resurgiendo a medida que más personas se unen al movimiento para ayudar a la Tierra. Tanto individuos como empresas están haciendo todo lo posible por reducir el impacto ambiental generado por la forma en que se producen los textiles. Las opciones de textiles ecológicos están en aumento, ya que se ha demostrado que son significativamente más seguras y mejores para el medio ambiente y las personas que trabajan con estos materiales.
Los tejidos sostenibles son definitivamente mejores para el planeta, ya que se fabrican a partir de recursos renovables. A diferencia de los tejidos convencionales, muchos de los cuales provienen de recursos no renovables y contaminan el medio ambiente, los tejidos ecológicos son orgánicos o biodegradables, por lo que pueden descomponerse cuando ya no sean necesarios. Esto reduce su huella ambiental cuando se desechan.
Aún así, los tejidos ecológicos son particularmente duraderos, resistiendo un uso y lavado repetido. La ropa hecha de estos materiales durará mucho más, lo que significa que las personas no necesitarán comprar ropa nueva tan a menudo. No solo esto te ahorra dinero, sino que también ayuda a minimizar la cantidad de tela que se produce. “Creo que si damos un paso más y permitimos una menor necesidad de compras constantes, definitivamente podremos reducir la huella de carbono que crea la industria textil”, apunta Zobrist.